Como tres de los cuatro policías tenían sus armas desenfundadas, al principio no pude discernir cuál de ellos le había disparado al manifestante en el video. El encabezado, aunque en segunda plana y perdido bajo varios articulos de opinion, me saltó. Parecía remarcado en rojo -Policía de Hong Kong le dispara a manifestante. El video dura solo 30 segundos, pero como fue tomada desde varios ángulos, se alcanza a apreciar el momento del disparo como si lo estuviera mirando en persona.
Le subí el volumen para apreciar el momento del disparo. ¿Quién y bajo qué condiciones llegó a la conclusión de usar fuerza mortal contra el manifestante? La gravedad de las manifestaciones en Hong Kong en un instante se visibiliza. Hace solo un par de días me moría de risa cuando un periodista le pregunta a un manifestante "Que le dirías a Trump sobre las manifestaciones?". El manifestante, con lentes de aviador, con confianza plena en su inglés quebrado y con un fuerte acento chino contesta "Trump don't trust China, China is asshore!" [Trump no confiar en China, China ser cabrón!]. El video tomó instantáneamente un carácter cómico, y se volvió una sensación viral.
Por el momento es un incidente aislado, y el disparo no fue mortal.
Por otro lado, el policía estaba protegiendo a su compañero que estaba siendo golpeado por tubos de metal, una llave de plomería e incluso un martillo. La decisión no se tomó a la ligera, pero se tomó al final de cuentas. La transformación se ha visto mil veces: manifestaciones pacíficas se transforman en manifestaciones violentas, que se vuelven levantamientos armados y terminan en tragedia. Me recuerda a la Primavera Árabe o a Mexico. El reclamo de la libertad, la represión del Estado y la legitimidad del uso de la fuerza apropiada se confunden en este instante. Ahora, con un manifestante herido de bala por fuerzas de seguridad domésticas, las manifestaciones se legitiman. Temo que esta escalada de violencia sea mal augurio para el futuro de Hong Kong.