El pasado 26 de septiembre se conmemoraron cincuenta años de la emblemática obra de los Beatles: Abbey Road. Para celebrar este suceso, Apple Records lanzó una edición (re)remasterizada del álbum. A pesar de conocerlo prácticamente de memoria, no pude evitar escucharlo desde el momento que estuvo disponible en streaming. Me pongo mis audÃfonos y me acuesto en un lugar cómodo. Presiono el Ãcono de reproducción en mi teléfono. Suena el ya familiar ritmo de Come Together. Con el paso de cada pista, diferentes memorias comienzan a invadir mi mente.
Recuerdo con cariño cuando descubrà por primera vez a los Beatles. No me refiero a solo haber escuchado alguna canción que aparecÃa por ahÃ, en alguno de los discos de mi papá, sino a descubrirlos en serio. Fue hace una década. Yo tenÃa once años y un iPod Nano que recién habÃa recibido de regalo en mi cumpleaños. Como es de esperarse de un niño preadolescente con ganas de explorar nuevos horizontes, estaba emocionado por encontrar un estilo propio. Por fin podÃa escuchar lo que yo querÃa, en el momento que yo querÃa. Esa emoción se desvaneció cuando vi que solo podÃa escuchar la música guardada en la biblioteca de iTunes de mis padres.
Un poco decepcionado, comencé a explorar la lista de artistas disponibles. Bajo el apartado Beatles, se encontraba únicamente un disco, apropiadamente titulado 1. La portada: un fondo rojo con el número gigante de color amarillo. Veintisiete canciones que alcanzaron la posición número uno en las listas de popularidad en su momento. Presiono el botón para reproducir. Empieza a sonar Love Me Do. Debo confesar que no me gustó al principio, sonaba como algo que mis abuelos escucharÃan. From Me To You, She Loves You y I Want To Hold Your Hand, lo mismo, aunque gradualmente le agarré el gusto al ritmo. Cuando finalizó la vigésima séptima canción, The Long and Winding Road, estaba simplemente enamorado. HabÃa encontrado a una de mis bandas favoritas.
Desde entonces, los Beatles han estado presentes en mi vida. Con ellos aprendà a hablar inglés, y sus letras comenzaron a cobrar sentido. Me acompañaron en momentos buenos y malos. Estuvieron cuando me enamoré (In My Life, Here There And Everywhere) y cuando me rompieron el corazón (For No One, I’m Looking Through You); e hicieron que las épocas más difÃciles fueran llevaderas (Blackbird, Hey Jude, Here Comes the Sun, Let It Be).
Cuando termina de sonar la última canción del Abbey Road, aptamente titulada The End (me rehúso a considerar a Her Majesty como parte del álbum), escapo de mi trance y vuelvo a la realidad con las mismas emociones que sentà aquella primera vez que los escuché. Cincuenta años después de su lanzamiento, y diez años después de que entraron en mi vida, me quedo con las palabras que John, Paul, George y Ringo usaron para despedirse como un recordatorio para la vida.
And in the end, the love you take is equal to the love you make.